El dios que creo
- Jean Marc Sedó
- 23 feb
- 2 Min. de lectura
Acudimos a él con prisas, desesperación, enfado, impaciencia... Sometidos completamente por nuestra percepción de la situación. La sumisión a las expectativas que esta genera y a la falta de cariño y validación que nunca recibimos.
Y creo, que desde aquí nunca entenderemos ni los tiempos, ni las opciones, ni las ayudas que nos llegan. Sí, dios escuchará porque nuestros átomos piden una reacción, pero nuestra atención no está en como podemos ayudarnos, sino en buscar responsables. Creo que aquí no hay lugar para querer.
Veo mucha desesperación completamente justificada, pero en la consciencia (que considero que es su opuesta) nos encontramos con nosotr@s mism@s y con la posibilidad de reaccionar de forma responsable. Y en esta posibilidad, es donde existe la revolución individual y sistemática. Es donde todo empieza a cambiar.
El dios en el que creo yo, lo sostiene todo mientras que nada de nada. Funciona con miles de posibilidades pero de pronto con tan solo tres. Te da la opción de vivir plácidamente pero también la de vivir en el infierno. Eso sí, cuando le encuentras, estés donde estés, te trae todo eso que necesitas en ese momento. Y siempre es paz. Y silencio, y amor, e incondicionalidad. Puedo decir que no creo en dios, sino en una sensación, pero lo que sí es verdad, es que cuando conoces esta sensación empiezan a nacer milagros. Y no sé cómo definir esta magia, que he visto surgir
en la naturaleza,
de las manos del teatro
o de las de un ser humano
o de las manos de un sonido.
El dios que conozco yo, a veces desea ponerse en contacto, otras ponerte a ti en contacto.
Me da rabia atribuirle un género a su palabra. A la palabra que define algo que trasciende un concepto tan terrenal y tan limitante. Por eso, para mí, lo es todo y nada de nada.
Comments