Elijo amar a los hombres
- Jean Marc Sedó
- 21 mar
- 1 Min. de lectura
Siempre llega un momento en el que me quedo atrás describiendo la vida de los demás.
Y es que cuando ya no sé qué más hacer con la mía,
solo me queda observar.
No voy a ponerme a sobrevivir más de lo que ya hago.
Y os veo esclavizarlos ante un sistema ficticio
que solo hace ganar a cuatro personas y que permite genocidios por dinero.
Otra invención que no existe.
Y no paro de resistirme a jugar con vosotros,
seres queridos,
porque jugando dejo de quererme a mí.
Y cuando me salgo sigo sin quererme,
porque no me quiero solo.
Pero gracias a Dios, mis progenitores me hicieron privilegiado,
y a eso le doy las gracias.
Gracias por darme la posibilidad de jugar cuando quiera.
Solo quiero perderme en el espacio y en el tiempo.
Solo quiero flotar desde los ojos.
Porque aún prometo con ellos,
mientras otros se ríen del honor de las promesas.
Yo solo uso la vista eficazmente.
Y si te miro a los ojos,
siéntete privilegiado.
Y si me sale prometerte cosas,
tómalo como un regalo.
Y si te sale reírte, está bien.
Y si me sale irme, también.
Nunca vas a ser mi padre.
Nunca vas a encerrarme.
Y parece que todos los hombres quieren eso para mí.
Y es un sistema de hombres.
Y si juego, juego al juego de los hombres.
Y si lo hago, me odio.
Así que haga lo que haga, me voy a odiar.
Pero me dijiste que solo se puede odiar si amas.
Así que elijo amar a los hombres.
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