Este retrato de San Pedro en el cuadro explora conceptos profundos relacionados con la culpa y la religión, centrándose en su influencia en la comunidad LGBTQ+. La obra resalta cómo a veces la religión, que debería estar basada en el amor, puede inculcar un sentido de culpa injustificado. El sujeto de San Pedro está representado de manera excéntrica y surrealista, subrayando la diversidad y complejidad de la identidad humana.
 
A través de esta representación, el artista pretende resaltar la verdadera naturaleza de la espiritualidad, destacando que los conceptos negativos asociados a la religión a menudo son producto de actitudes intolerantes y no representan la verdadera esencia de la fe. El cuadro hace referencia indirectamente a la traición de San Pedro a Jesús, con la historia de la triple negación, como medio para explorar el sentido de culpa y la redención.
 
La inspiración para esta obra surgió de un sueño del artista, en el cual San Pedro reía y le confortaba. Los sueños influyen en la vida y el arte de Blame Jean, dando lugar a una representación única y significativa. La obra invita al público a reflexionar sobre el papel de la religión, la culpa y la espiritualidad en nuestra sociedad, fomentando una comprensión más inclusiva y compasiva.